La pasión es algo indispensable en el buen desarrollo de cualquier profesión. Como buenos profesionales, debemos impregnar de ilusión todo aquello relativo a nuestra actividad laboral. En nuestro caso, siendo profesionales del sector de la belleza y teniendo un comedido tan creativo, esta pasión debe estar más presente que nunca.
A los que habréis asistido a nuestro Alcina Looks Tour 2014 y en concreto a la parada que hicimos en la capital alemana, habréis sido testigos de la participación que tuvo nuestra colaboradora Encarna Pachón, que en una de sus intervenciones nos habló del valor de la ilusión recordando una escena de su infancia. Cuando Encarna era una niña y jugaba con recortables de maniquís a los cuales podía cambiarles el vestido, siempre preguntaba a su abuelo si había quedado bonita la muñeca, a lo que su abuelo le respondía animándola a que siguiera trabajando ya que podía estar aún más bella.
Esta valoración de su abuelo le hizo plantearse un reto, el de lograr sacar el máximo partido de sus recortables, sacando a relucir la cara más bella de sus muñecas. Probablemente fue ese comentario de su abuelo el que la convirtió en la profesional que es a día de hoy, ya que mantiene viva la pasión e ilusión por el trabajo que a diario realiza.
Esta misma actitud insaciable es la que motiva a un profesional a seguir adelante con una pasión que le anima a superarse día tras día. Es cierto que un inconformismo desmedido puede acarrear una frustración constante, pero esta frustración se ve contrastada por el reconocimiento diario del trabajo bien hecho.
