El negocio de la peluquería: ¿guerra de precios o calidad?

Si leemos la prensa especializada alemana y escuchamos lo que nos dice el mercado, podemos tener la sensación de que «todo es fácil»: no hay nada por lo que realmente nos debamos preocupar, por lo que nos tengamos que irritar o se pueda mejorar.

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¿Esto es así?

¿Qué está pasando realmente en el mercado de la peluquería, y qué mueve a los peluqueros en 2013?

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  • Con toda seguridad, la megatendencia del mercado es avanzar hacia una creciente atomización, es decir, más «proveedores de servicios de peluquería» pequeños y unipersonales
  • Naturalmente, esto implica una dura competencia de precios
  • Se está produciendo una vertiginosa caída de precios en los servicios de peluquería
  • Empeoramiento progresivo de la calidad del servicio
  • Escasez de empleados buenos y debidamente formados

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¿Qué pueden hacer las peluquerías motivadas, con volumen de negocio y con empleados, para no entrar en esta espiral de desvalorización? En mis viajes por Alemania y otros países europeos he podido constatar que los propietarios de peluquerías de éxito se centran en ofrecer una mayor y mejor calidad.

Y esta es la clave del futuro: ofrecer más calidad. Pero sobre todo una calidad que se pueda experimentar, sentir, que sea auténtica en el trato con los clientes. Esto significa:

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  • Mejorar la sensación de bienestar en la peluquería
  • Crear una atmósfera orientada al cliente
  • Ofrecer más asesoramiento muy personalizado
  • Una mayor calidad en el servicio

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Todo ello debe tener lugar de una forma que el cliente pueda experimentar y valorar, y de este modo estará dispuesto a pagar por los servicios como corresponde.

Los peluqueros que siguen este camino no consideran su negocio desde el punto de vista del amor por la obra que han llevado a cabo, sino de forma objetiva, analítica y mirándolo con los ojos de un cliente crítico. A partir de este análisis despiadado pero realista es posible seguir desarrollando de forma continuada el negocio de una peluquería. La verdad «a menudo duele», pero es imprescindible recorrer este camino hacia el éxito.

El mercado ofrece ayuda en este camino, pero es al empresario a quien le corresponde analizar los puntos fuertes y débiles de su negocio y desarrollar la estrategia pertinente de formación continuada e inversiones. No es un programa único que pueda implementarse en 4 semanas, sino un trabajo continuado de autoanálisis crítico y desafíos. La recompensa es el éxito, el crecimiento y la sostenibilidad.

Lamentablemente, hoy en día esta es una forma de proceder poco frecuente. Cuando en nuestro trabajo nos medimos según los éxitos a corto plazo (servicio prestado, cliente satisfecho, peluquero feliz) resulta difícil implementar proyectos de desarrollo a largo plazo. Pero créanme: la única forma de asegurar los ingresos y los puestos de trabajo y evitar un dumping salarial perjudicial para su imagen, es seguir el camino hacia una mayor calidad de los servicios.

¡Dejemos la descabellada guerra de precios para los peluqueros «piratas»!

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