La colección “Los Bellos Perdedores» homenajea a aquellos que arriesgan para mantener viva su propia esencia. Mostrando una selección de identidades que tradicionalmente han permanecido en la sombra.
En el camino hacia la construcción de la identidad propia intervienen varios factores de entre los cuales la moda tiene un papel protagonista. La revolución que generó el fenómeno pret a porter en la democratización de esta construcción, evoluciona ahora hacia nuevas formas de relacionarse con los consumidores. Los avances sociales y tecnológicos han transformado la sociedad propiciando el nacimiento de una nueva generación: Los millennials. Los nacidos en esta explosión de libertades y de acceso a la información tienen una idiosincrasia acorde al entorno en el cual han crecido. Estos son los nuevos consumidores a los cuales el mercado tiene que escuchar y conocer para poder llegar a ellos. Sólo observándoles detenidamente podrá verse cara a cara con sus futuros clientes.
El cabello es sin duda, uno de los accesorios más preciados en la constucción de la identidad. Los profesionales de la peluquería deben conocer cómo son los miembros de esta generación, ya que ellos son sus clientes potenciales. Los criterios que influyen en éstos a la hora de tomar una decisión, son muy distintos a los de sus predecesores.
La generación de la cual forman parte nuestros “Los Bellos Perdedores» rechaza los estereotipos de género y cualquier convención geográfica o social que limite la libre expresión de su individualidad. Los muros que salvaguardaban el vínculo que antes uno establecía con el entorno, cayeron con la aparición de Internet, desencadenando una revolución comparable a la que provocó la caída del muro de Berlín.
La información es uno de los bienes más preciados de esta generación. Ellos nacieron en un entorno de libre acceso al conocimiento y crecieron interiorizando esta libertad para utilizarla en pro de la construcción de su identidad, de su individualidad. La lucha por la individualidad es la guerra metafórica en la que viven estos “Los Bellos Perdedores». Una generación que no busca alistarse a ningún ejército y que no se identifica con una sola bandera. El mundo que habitan es un campo de batalla en el cual no hay vencedores ni vencidos y donde ellos todos defienden un único objetivo. El de mantener vivo el espíritu de conquista de las libertades del individuo y de la libre construcción de la propia identidad. Así son nuestros bellos perdedores.
